El 15 de septiembre se celebra un nuevo 
aniversario del nacimiento de este singular escritor argentino. Entre 
sus muchas cualidades, se destaca la inclusión de la ciencia ficción en sus escritos, y su particular relación con las máquinas y las nuevas tecnologías. 
 Bioy enfrenta, sin amagues de irse al mazo, los grandes temas de la literatura:
 la soledad, el fin de los tiempos, la libertad y, fundamentalmente el 
amor, que aparece en su obra como un destino trágico a cumplirse más 
allá de la muerte y los universos que nos separan.
Esta profusa capacidad de inventiva es la que le vale ser reconocido como el principal referente de la ciencia ficción argentina,
 hecho que el escritor aceptó ya de grande, con esa amable incredulidad 
que tiene la gente “de antes”. Es cierto que Bioy incluye como 
disparadores de su trama a máquinas y otros artefactos fantásticos,
 pero lejos está de transformar la historia en el manual de instalación 
de un electrodoméstico alienígena. La prosa desinteresada con que 
describe a estos objetos, parece hablarnos de nuestro mundo actual, en 
el que convivimos con entornos que hasta hace poco solo podían ser 
literatura. La innovación tecnológica se nos vuelve un guardián omnisciente de la vida diaria y nos demuestra, en definitiva, que la ciencia ficción llegó hace rato. 

 
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